El neuromarketing es la técnica más completa que analiza las emociones, atenciones y memoria del target objetivo para gestionar e impulsar campañas estratégicas, a fin de que se convierta en un consumidor final.
De acuerdo con diversos estudios, en promedio nos lleva 2.5 segundos en decidir si compramos algo o no, y el 95 por ciento de estas decisiones se toman de manera inconsciente.
¿Cómo beneficia a las marcas?
La conjugación de la neurociencia y el marketing analizan cómo se debe reestructurar e interpretar el mercadeo. Con esto, se prevé aplicar instrumentos que detectan lo que la persona piensa, y se estudia lo que puede llegar a consumir con los ojos, olfato, memoria e imaginación.
Si así es como se toman decisiones para las compras, las marcas o empresas están implementando el neuromarketing para “predecir” las necesidades del consumidor final o crearle una.
Néstor Braidot, especialista en el tema, señala que las firmas se están haciendo más exitosas al asentar esta rama, y que en un momento dado será necesaria para cualquier negocio.
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De la saturación de mensajes a la efectividad
Durante muchos años, y desde la aparición de las primeras propagandas y los medios tradicionales, las sociedades nos hemos visto bombardeadas por una multitud de mensajes que no se detenían a analizar las emociones y sentimientos de las personas.
Actualmente, el neuromarketing estudia el comportamiento de las personas para lanzar mensajes o campañas más estratégicas, eficientes, directas y puntuales para persuadirlas hacia un producto o servicio, a través de estímulos visuales.
Es decir, con la aplicación de esta técnica optimizar el diseño de espacios para generar un mayor consumo.
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¿Cuáles son las claves para persuadir al consumidor?
De acuerdo con Mundo Ejecutivo, para comenzar a entender un poco más los mecanismos del neuromaketing, es necesarios conocer cuatro factores indispensables para convencer al consumidor:
Tiempo. Entre menos tiempo tenga el consumidor para consumir algo, su cerebro reaccionará y actuará de manera más rápida a las llamadas como “por tiempo ilimitado”. Es por ello que las rebajas tienen éxito, ya que la decisión suele ser impulsiva.
Experiencia. A través de nuestros hábitos y vivencias del pasado solemos tomar decisiones para las compras; por ello, es importante emitir mensajes creativos y positivos con el objetivo de contagiar al cliente en su consumo.
Distorsión de la realidad: Cuando visitamos un centro comercial estamos expuestos a que nos ofrezcan probar un producto, este es un claro ejemplo de la distorsión, ya que, la mayoría de las veces, estas acciones nos hacen sentir comprometidos y persuade potencialmente en el consumo.
Señuelo: A veces dudamos en la calidad de dos artículos, sin embargo, presentar un tercero con peores condiciones que el primero, y unas no tantas que el segundo, permitirá que el consumidor adquiera la primera opción.
Son algunos ejemplos básicos para comenzar a aplicar el neuromarketing en tu marca o servicio, sin embargo, es necesario ampliar nuestros propios estímulos y sentidos, además de ponernos en el lugar de las audiencias para tratar de interpretar sus expresiones y dar en el clavo.
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