Un disco duro es un disco duro, ¿cierto? No del todo. Enlistamos las diferencias entre almacenamiento SSD y HDD para ayudarte averiguar cuál es la mejor opción.
Hasta hace poco, los compradores de las PCs no tenían mucha elección acerca de qué tipo de almacenamiento venía en su laptop o desktop. Si compraste una ultraportátil, probablemente venía con una unidad de estado sólido (SSD) como el disco primario (C: en Windows, Macintosh HD en una Mac). Algunas otras computadoras venían con un disco duro estándar (HDD). Ahora, puedes configurar tu sistema con un HDD o un SDD o, en algunos casos, ambos. ¿Cómo escoger? Explicamos las diferencias entre SSD y HDD (o discos duros), y te guiaremos a través de las ventajas y desventajas de ambos para ayudarte a decidir.
Explicando el HDD y el SDD
El disco duro giratorio tradicional es el medio almacenamiento básico y no volátil en una computadora. Es decir, la información guardada no “se va” cuando apagas el sistema, como en el caso de RAM. Un disco duro es en esencia una placa de metal con una cobertura magnética que almacena tu data, ya sea reportes del clima del siglo pasado, una copia en alta definición de la trilogía de Star Wars o tu colección musical. Una cabeza de lectura/escritura en un brazo ingresa a la información mientras sus helices giran.
Un SSD hace funcionalmente todo lo que hace un disco duro, pero la data es almacenada en chips con memoria flash interconectados que retienen la información aún cuando no hay potencia presente. Los chips pueden ser instalados permanentemente en la placa base (como en algunas laptops pequeñas o ultrabooks), en una tarjeta PCI Express (en algunas estaciones de gama alta) o en una caja que tenga tamaño, forma y alambrado para insertar en el disco duro de una laptop o desktop (común en todos). Estos chips de memoria flash son de un tipo diferente del que se usa en ranuras USB, y son típicamente más rápidos y confiables. Los SSDs son, por consecuencia, más costosos que los USBs con las mismas capacidades.
Nota: Hablaremos primariamente acerca de discos internos en esta historia, pero casi todo aplica también a discos duros externos. Éstos vienen también en formas portátiles y de desktop, y los SSDs están gradualmente adueñándose del mercado externo.
HDDs y SSDs: la historia
La tecnología de discos duros es relativamente antigua (en términos de historia computacional, de todos modos). Hay fotos muy conocidas del antiguo IBM 350 RAMAC de 1956 que usaba 50 discos de 24” de ancho para albergar impresionantes 3.75MB de espacio. Esto, claro, es el tamaño promedio de un archivo MP3 de 128Kbps, en el espacio físico que podía albergar dos refrigeradores comerciales. El IBM 350 sólo fue utilizado por usuarios del gobierno e industriales, y fue obsoleto para 1969. ¿No es maravilloso el progreso? La forma estandarizada del disco duro de 5.25” en los años ochenta, con discos para desktop de 3.5” y notebook de 2.5” saliendo después. La interfaz de cable interno ha cambiado de serial a IDE (ahora llamado con frecuencia ATA paralelo o PATA) a SCSI a ATA serial (SATA) a través de los años, pero cada uno hace en esencia lo mismo: conectar el disco duro a la placa base de la PC para que se procese la data. Los discos de hoy de 2.5” y 3.5” usan principalmente interfaces SATA (al menos en la mayoría de las PCs y Macs), aunque algunos SSDs veloces usan la interfaz de PCIe. Las capacidades han crecido desde múltiples megabytes a múltiples terabytes, mas de un millón en incremento. Los discos actuales de 3.5” tienen capacidades tan altas como 10TB, con discos de 2.5” llegando a los 4TB.
El SSD tiene una historia más corta. Siempre ha habido una fijación con almacenamiento inmóvil desde el inicio de la computación personal, con tecnologías como la memoria burbuja (sí, así se llama) y muriendo en los setentas y ochentas. La memoria flash actual es la extensión lógica de la misma idea, y no requiere constante potencia para retener la data que le almacenes. Los primeros discos primarios que conocimos como SSDs empezaron durante el ascenso de las netbooks a finales de los dosmiles. En 2007, el OLPC XO-1 usaba un SSD de 1GB, y la Asus Eee PC 700 usaba un SSD de 2GB como almacenamiento primario. Los chips SSD en unidades Eee PC de gama baja y la XO-1 fueron permanentemente soldadas en la placa base. A medida que las netbooks, ultrabooks y otras laptops ultraportátiles se volvían más capaces, las capacidades de los SSDs aumentaron y, con el tiempo, se estandarizaron con un tamaño de 2.5”. Así que podías sacar un disco duro de 2.5” de tu laptop o desktop y reemplazarlo con un SSD. Otros factores emergieron, como la tarjeta mSATA Mini PCIe SSD, M.2 SSD en versiones de SATA y PCIe y el Flash Storage parecido a una DIMM en las MacBook Air y MacBook Pro, pero hoy muchos SSDs siguen usando el tamaño de 2.5”. Su capacidad actualmente llega los 4TB, pero una versión de 16TB fue recientemente lanzada por Samsung para dispositivos empresariales como los servidores.
Ventajas y Desventajas
Tanto los SSDs como los discos duros hacen el mismo trabajo: arrancan tu sistema y almacenan tus aplicaciones y archivos personales. Pero cada tipo de almacenamiento tiene su propio set de funciones. ¿Cómo se distinguen y por qué conseguir uno en vez del otro?
Precio: Los SSDs son más costosos que los discos duros en términos de dólar por gigabyte. Un disco duro interno de 1TB y 2.5” cuesta cerca de 50 dólares, pero al momento de escribir esta nota, un SSD de la misma capacidad y factor de forma costaba 220 dólares. Eso se traduce en 5 centavos por gigabyte para el disco duro y 22 centavos por gigabyte para el SSD. Ya que los discos duros usan tecnología más antigua y establecida, seguirán siendo económicos en el futuro cercano. Esas monedas extra para el SSD podrán aumentar de forma drástica tu presupuesto.
Capacidad máxima y común: aunque las unidades SSD llegan al tope con 4TB, siguen siendo muy raros y costosos. Es más probable que encuentres unidades de 500GB y 1TB como discos primarios en los sistemas. Mientras que 500GB son considerados básicos para un disco duro en 2016, las preocupaciones con el precio lo pueden reducir a 128GB para sistemas de menor costo. Los usuarios multimedia requerirán aún más, con discos de 1TB y 4TB comunes en sistemas de gama alta. Básicamente , entre más capacidad de almacenamiento, más cosas puedes guardar en tu PC. El almacenamiento basado en la nube podrá ser adecuado para guardar archivos que planeas compartir entre tu teléfono, tablet y PC, pero el almacenamiento local es menos caro, y sólo lo tienes que comprar una vez.
Velocidad: Aquí es donde brillan los SSDs. Una PC equipada con SSD se activará en menos de un minuto, y a menudo en segundos. Un disco duro requiere de tiempo para llegar a las especificaciones operativas, y seguirá mas lento que un SSD durante el uso normal. Una PC o Mac con un SSD se activa más rápido, lanza y corre apps más rápido y transfiere archivos más rápido. Ya sea para el ocio, la escuela o el trabajo, la velocidad extra podría ser la diferencia entre terminar a tiempo y fallar.
Fragmentación: Por sus superficies de grabación rotatoria, los discos duros funcionan mejor con archivos más grandes que son apoyados en bloques contiguos. De ese modo, la cabeza del disco puede empezar y terminar su lectura en un movimiento continuo. Cuando los discos duros empiezan a llenarse, los archivos grandes pueden volverse dispersos alrededor del disco, ocasionando que éste sufra de lo que se llama fragmentación. Mientras la lectura/escritura de algoritmos ha mejorado al punto de que el efecto es minimizado, los discos duros siguen propensos a fragmentarse. Los SSDs no pueden, porque la falta de una cabeza física de lectura significa que la data puede ser almacenada donde sea. Por ende, los SSDs son inherentemente más rápidos.
Durabilidad: un SSD no tiene partes móviles, así que es más probable de mantener tu data a salvo en el evento de que tires tu mochila o tu sistema se agite por un terremoto mientras está en operación. La mayoría de los discos duros estacionan sus cabezas de lectura cuando el sistema está apagado, pero vuelan sobre el disco físico a una distancia de algunos nanómetros cuando están funcionando. Además, hasta los frenos de mano tienen límites. Si eres duro con tus equipos, recomendamos un SSD.
Disponibilidad: Los discos duros son más abundantes en presupuestos y sistemas antiguos, pero los SSDs están siendo más prevalentes en laptops recientes. Dicho lo anterior, las listas de productos desde Western Digital, Toshiba, Seagate, Samsung hasta Hitachi siguen siendo sesgados a favor de modelos de discos duros por encima de los SSDs. Para PCs y Macs, los discos internos no se irán completamente, al menos en los próximos años. Los modelos de SSD están creciendo en números: solo miren la cantidad de laptops delgadas con SSDs de 256 y 512GBs instalados en vez de discos duros.
Factores de Forma: Porque los discos duros dependen de platillos giratorios, hay un límite en su tamaño de manufactura. Había una iniciativa de hacerlos más cortos, de 1.8”, pero se estancaron en 320GB, ya que las fabricantes de phablets y smartphones se asentaron en memoria flash para su almacenamiento primario. Los SSDs no tienen tal limitación, así que seguirán encogiéndose a medida que pase el tiempo. Los SSDs están disponibles en tamaños de 2.5” para laptops, pero eso es sólo por conveniencia. En tanto las laptops se vuelven más delgadas y las tablets se convierten en las plataformas primarias para navegar en web, verás un crecimiento en adopción de SSDs.
Ruido: Incluso el disco duro más silencioso emitirá un poco de ruido cuando esté en uso, desde los platillos que giran o el brazo de lectura que se mueve de adelante a atrás, particularmente si está en un sistema que ha sido golpeado o si ha sido instalado de forma inapropiada en un sistema metálico. Los discos duros más rápidos harán más ruido que los lentos. Los SSDs no hacen ningún ruido, ya que no son mecánicos.
General: Los discos duros ganan en precio, capacidad y disponibilidad. Los SSDs funcionan mejor si la velocidad, resistencia factor de forma, ruido o fragmentación (técnicamente parte de la velocidad) son factores importantes para ti. Si no fuera por el precio y los problemas de la capacidad, el SSD ganaría indiscutiblemente.
En tanto a longevidad se refiere, aunque es cierto de que los SSDs se desgastan con el tiempo (cada celda en un banco de memoria flash puede ser escrito y borrado un número limitado de veces), gracias a la tecnología de comando TRIM que dinámicamente optimiza estos ciclos de lectura/escritura con un SSD. Si estás realmente preocupado, hay varias herramientas que monitorean el estatus S.M.A.R.T. de tu disco duro o SSD, y te harán saber si te estás acercando al fin del espacio de la unidad. Las posibles excepciones son usuarios multimedia de gama alta como editores de video que leen y escriben data constantemente, pero aquellos usuarios necesitarán capacidades más grandes para sus discos duros. Éstos eventualmente se desgastarán del uso constante, ya que usan métodos físicos de grabación. La longevidad es una cuestión cuando se separa de las preocupaciones de viaje y rugosidad.
El almacenamiento correcto para ti
Así que, ¿cuál de los dos (o ambos) se ajusta a tus necesidades? Desglosémoslo:
HDDs
- Usuarios entusiastas de multimedia y gestores severos de descarga: los coleccionistas de video necesitan su espacio, y sólo puedes tener 4TB de espacio sin costo con discos duros.
- Compradores con presupuesto: Lo mismo. Bastante espacio barato. Los SSDs son muy caros para los compradores de PCs a 500 dólares.
- Profesionales de las artes gráficas e ingenierías: los editores de foto y video se agotan el almacenamiento con el uso excesivo. Reemplazar un disco duro de 1TB será más barato que reemplazar un SSD de 500GB.
- Usuarios generales: Demasiado obvio. La gente que prefiera descargar sus archivos mediáticos localmente seguirán necesitando un disco duro con más capacidad. Pero si haces streaming de tu música y videos en línea, entonces el comprar un SSD más pequeño por la misma cantidad te dará una mejor experiencia.
SSDs
- Guerreros de la carretera: la gente que mete sus laptops en sus bolsas sin discriminación querrá la seguridad extra de un SSD. Aquella laptop podrá no estar dormida cuando la apagues violentamente para alcanzar el siguiente vuelo. Esto también incluye a quienes trabajan en el campo, como trabajadores públicos e investigadores universitarios.
- Demonios de la velocidad: si necesitas soluciones ahora, gasta esos centavos extra para arranques rápidos y lanzamientos de apps. Suplemento con un SSD de almacenamiento o un disco duro si necesitas el espacio extra.
- Profesionales en las artes gráficas e ingenierías: Sí, se que dije que necesitan discos duros, pero la velocidad de un SSD podría hacer la diferencia entre completar dos propuestas para tu cliente y completar cinco. Estos usuarios son candidatos principales para sistemas de discos duales.
- Ingenieros de audio y músicos: si estás grabando música, no querrás el sonido rasposo de un disco duro entrometiéndose. Mejor opta por un SSD más tranquilo.
Discos híbridos y sistemas de accionamiento dual
A mediados de los 2000s, algunos fabricantes de discos duros, como Samsung y Seagate, teorizaron que si le añades unos cuantos gigabytes de chips flash a un disco giratorio, obtendrías un susodicho disco “híbrido” combinando la capacidad grande de al almacenamiento con el desempeño de un SSD, a un precio ligeramente más alto que el de un disco duro típico. La memoria flash actúa como un amortiguador para archivos de uso frecuente, así que tu sistema tiene el potencial para arrancar y lanzar tus apps más importantes rápidamente, aunque no puedas instalar de forma directa nada en ese espacio. En la práctica, los discos híbridos como el Seagate Momentus XT funcionan, pero siguen siendo más caros y complejos que los discos regulares. Funcionan mejor para la gente como los guerreros del camino que necesitan mucho almacenamiento y tiempos rápidos de arranque. Ya que son un producto momentáneo, los discos híbridos no necesariamente reemplazan a los discos duros dedicados o a los SSDs.
En un sistema dual, el fabricante instalará un pequeño SSD primario (C:) para el sistema operativo y las apps, y añaden un disco duro más grande y giratorio (D: o E:) para almacenar. Esto funciona bien en teoría; en la práctica, los fabricantes pueden aspirar a poco con el SSD. Windows mismo toma mucho espacio en el disco primario, y algunas apps no pueden ser instaladas en otros discos. Algunas capacidades también pueden ser demasiado pequeñas. Por ejemplo, puedes instalar Windows en un SSD de 16GB, pero no habrá mucho espacio para otras cosas. En nuestra opinión, el tamaño práctico para una unidad C: es de 120 a 128GB, con 256GB o más siendo la mejor opción. Las preocupaciones con el espacio son las mismas que con cualquier sistema multiunidades: necesitas espacio físico dentro del chasis de la PC para albergar dos (o más) dispositivos.
Y por último, un SSD y un disco duro pueden ser combinados (como Voltron) en sistemas con tecnologías como la Smart Response Technology de Intel (SRT). SRT usa el SSD de forma invisible para actuar como un caché para que el sistema se active más rápido y abra los programas. Como en una unidad híbrida, el SSD no es directamente accesible por el usuario final. SRT requiere SDDs reales, como aquellos de 2.5”, pero esos discos pueden ser tan pequeños como los de capacidades de 8GB o 20GB y seguir subiendo el desempeño; ya que el sistema operativo no está instalado en un SSD directamente, así evitas los problemas de espacio de la configuración dual mencionada anteriormente. Por otro lado, tu PC necesitará espacio para dos unidades, un requerimiento que podrá excluir a algunas laptops y desktops más pequeñas. También necesitarás el SSD y la placa base de tu sistema para apoyar la tecnología del caché y que la situación funcione. Es un interesante curso de las cosas.
No sabemos del todo si los SSDs reemplazarán a los discos duros tradicionales, especialmente con almacenamiento compartido esperándote. El precio de los SSDs se bajará, pero siguen siendo muy costosos como para reemplazar los terabytes de data que algunos usuarios tienen en sus PCs y Macs. El almacenamiento en la nube tampoco es gratis: seguirás pagando mientras sigas queriendo almacenamiento personal en Internet. Éste no se irá hasta que tengamos Internet inalámbrico en todos lados, incluyendo en aviones y en la naturaleza. Claro, para ese momento quizás haya algo mejor.
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