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¿Alguna vez se han pensado en el impacto comunicativo que tiene tras de sí un logotipo? ¿Será posible que éstos influyan en nuestra preferencia y en nuestra tomar decisiones de consumo?
Posiblemente estas preguntas las hacemos solo en determinadas circunstancias, ya que obedecen más al inconsciente que al uso de la razón.
El logotipo es un elemento de comunicación que vincula a las marcas con los consumidores, en primera instancia. Éste nos brinda la identidad visual para asociar los valores y principios en los que se fundamenta una marca.
Un emblema exitoso, que permita empatía con los clientes, debe apelar a elementos que favorezcan el reconocimiento.
Algunos de las características más notables de los logotipos son:
El color
Todos los colores comunican aspectos psicológicos y especiales de la personalidad, por ello es tan importante la decisión del mismo.
La sencillez
A menudo recordamos más un logo simple que uno muy elaborado, esto se debe a que son fáciles de asimilar. Las empresas buscan precisamente esto para estar presentes en la mente del consumidor.
Su forma
Ésta debe tener coherencia con la marca, contar con elementos reales de la marca en consonancia con sus productos o servicios.
La originalidad
Constituye un gran esfuerzo lograr situar nuestro logotipo por encima de cualquier otro que sea autentico. La diferenciación de la marca, por medio de la imagen, es una ventaja competitiva y a la vez una fortaleza.
Como podemos darnos cuenta, los logotipos se pueden convertir en herramientas que nos ayuden a posicionarnos en el gusto del cliente e inferir en su decisión de compra.
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